miércoles, 13 de marzo de 2019

El arte de (tener miedo a) ser egoísta

A lo largo de mi vida me he rodeado de muy buenas personas, personas que en mi opinión son demasiado buenas, y que sufren por ello realmente. Este es exactamente el público objetivo de este artículo. 

Es decir, esto que estás leyendo no va dirigido para el que sabe que es egoísta, en la definición más explotada de la palabra, sino para el que tiene miedo de ser egoísta y dentro de su cabeza se imagina siendo la persona más malvada del mundo cuando piensa un poco en ella. Por razones personales, este artículo es muy especial para mí. Como expliqué en mi artículo anterior, en el que destripaba un poco la anatomía de los miedos, todos tenemos miedo a convertirnos en exactamente lo contrario de lo que somos

El perfil de la persona que tiene el miedo a ser egoísta es el de una persona reservada, incapaz muchas veces de decir "no", y que busca a toda costa la evitación de un posible conflicto. Son personas muy entregadas a los demás, incluso cuando no sea eso lo que de verdad desean en su interior. Normalmente son personas a las que les importa mucho lo que los demás piensen de ellos. Muy plausiblemente esta persona tendrá negada la rabia. Apuesto a que todos tenéis personas en el mundo como la que estoy describiendo: alguien que es incapaz de enfadarse, gritar y soltar un par de insultos. Y es que estas personas aprendieron en la infancia a negar la rabia. No vamos a entrar en las razones en profundidad, pero muy probablemente tuvieron una educación bastante rígida en la cual les enseñaron que enfadarse era malo, y que, si lo hacían, no serían "niños buenos/niñas buenas".

Este artículo va por estas personas que describo, por aquellas que buscan la paz en sus relaciones y la evitación del conflicto. Sois de las personas más importantes en mi vida y os merecéis estas palabras.

Sin meternos en mucho meollo etimológico, podemos decir que el adjetivo egoísta viene de los vocablos latinos ego, que significa yo, e ista, que es la terminación de adjetivo para sistemas, doctrinas, tendencias o teorías. Podríamos resumirlo entonces en algo como el sistema del yo o la doctrina del yo. Leyendo el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, veo que la definición que nos da es la acorde con la creencia popular. En su primera acepción, el egoísmo es definido como el "inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás". Hay algo en esta definición que me chirría, y creo que es la causa de la tergiversación del término. Mira la siguiente imagen:


A mi forma de verlo, durante toda nuestra vida se nos ha enseñado que ser egoísta es una cosa muy mala -si se puede desarrollar un miedo a serlo es porque para algunas escalas de valores tiene que ser considerado malo-, hasta el punto de que tenemos en nuestras cabecitas que ser egoísta es lo contrario a ser buena persona. Pero a mí manera de verlo, no lo es. De hecho, ser egoísta es algo bueno. Ahora os voy a enseñar cómo lo veo yo.


Ser egoísta significa:
— Ser consciente de que tú eres la persona más importante en tu vida.
— Querer siempre lo mejor para ti y no hacer lo que los demás quieren que hagas. No todo se puede aceptar.
— Procurar siempre tu felicidad, y desde ahí, contribuir a que los demás alcancen la suya. Pero no viceversa: contribuir a que los demás sean felices y tú sufras.
— Ser consciente de dónde están tus límites, de cuándo debes decir "no".

Ser egoísta no significa:
— Sentirse superior al resto en todo.
— Sentirse el amo y dueño de otras personas.
— Sentirse con derecho a tratar mal a otras personas.
— Ser una persona que solo piensa en ella misma.

Y sobre todo, quiero que quede claro: ser egoísta es completamente compatible con ser buena persona, buen hijo, buen hermano, buena pareja, etc. La persona que es egoísta de una forma sana no piensa solamente en sí misma, pero sí antepone su bienestar al de los demás, y no hay nada de malo en ello. Creo firmemente que es ahí cuando estas personas tienen un momento del crecimiento: cuando van venciendo poco a poco al miedo diciendo lo que realmente piensan de una situación, lo que realmente les apetece hacer, lo que realmente piensan de algo. ¡Tú eres la persona más importante con la que vas a estar el resto de tu vida!

Y recuerda, ¡nadie puede hacer feliz a nadie, así que no te pongas esa pesada carga! Cada uno es culpable y causante de su propia felicidad y de su propio sufrimiento.

¡Estoy seguro de que ser consciente de esto puede ayudar a muchas personas!



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