domingo, 10 de marzo de 2019

Cómo vencer al miedo: experiencia personal

Hoy vengo a desnudarme un poco y a contaros lo poco que, desde mi infinita ignorancia, sé sobre el miedo, que es una de las emociones básicas y que tiene una razón de ser. 

A lo largo de mi vida he tenido muchos miedos. Podemos distinguir distintos grados en cuanto a los miedos: no es lo mismo un miedo que conceptualización en mi cabeza como "mínimo", como, por ejemplo, miedo a coger un coche de Car2go solo, que un miedo que llegue a incapacitar mi día a día. A lo largo de mi vida y de mis años de terapia, he tenido varios de este tipo; entre ellos quizás los más "potentes" han sido el miedo a ser homosexual (HOCD por sus siglas en inglés), el miedo a no querer a mi pareja (ROCD de nuevo por sus siglas en inglés), o el miedo a querer a mi pareja más que a mí, esto es, miedo a depender de otra persona. 

Los miedos me han hecho sentir como si fuera una malísima persona -otro de mis miedos- por tener ese tipo de pensamientos. Por ejemplo, yo no quería tener pensamientos que me dijeran que no quería a mi pareja porque tenía claro que quería a mi pareja. Esos pensamientos ego-distónicos, es decir, que no se correspondían con mis verdaderos sentimientos, me generaban un malestar tremendo que no sabía gestionar porque no tenía las herramientas. Una vez bastante avanzado en el proceso de superación de todo esto, te puedo decir que:

No es malo tener miedos; tener miedos es humano
Todos los tenemos y tarde o temprano nos tendremos que enfrentar a ellos

Yo admito abiertamente haberme dejado controlar y manipular completamente por él y por sus múltiples conductas de evitación. Me he creído sus mentiras más veces de las que querría y siempre quiere lo mismo en mi caso: que me quede solo y me aísle. Ahora, en cuanto viene el miedo, me digo: ¡Qué cabrón! ¡Cómo me conoce! Y es que te recuerdo que nadie te conoce más que tú mismo, y el miedo siempre sabe con qué, cuándo y en qué momento atacarte.

¿Pero sabéis qué? Me he dado cuenta de que, si cambias la forma en la que ves al miedo, todo cambia automáticamente. Todo ha ido a mejor desde que:

1) Me rio de él. Si me vienen pensamientos no deseados -ya sabemos que no podemos controlar los pensamientos, pero sí que hacemos con ellos, si nos los creemos o no-, básicamente me rio de mí mismo y me centro en el momento presente. Simplemente, acéptalo. Funciona.

2) Conceptualizo al miedo como un maestro en mi vida, como algo positivo, y hago exactamente lo contrario de lo que me está contando. ¿Qué creéis que le recomendaría a una persona que quiere a su pareja, pero que tiene miedo al compromiso o miedo a hacer un viaje largo con ella? Que dé el primer paso y se lance a la aventura. Y si sale mal, que salga mal, pero, ¿y si sale bien todo, que es lo más probable?

Por último, creo que muchos de los miedos que tenemos en las relaciones interpersonales nos alertan normalmente de lo que tememos llegar a ser porque va en contra de nosotros mismos. Por ejemplo, para mí el tema del amor es muy importante, y me encantaría formar una familia algún día, quién sabe si con mi actual pareja. Entonces, el pensamiento de ser homosexual me genera malestar porque yo tengo muy claro que me gustan las mujeres. Además, sé que si yo fuera homosexual, lo hubiera sabido por otros medios, y no a través del miedo. Si yo no quisiera a mi pareja, no sentiría todo lo que siento cada vez que estoy con ella. La conclusión es que, y aquí viene lo importante en mi aprendizaje, si yo fuera tóxico o mal novio, hermano, hijo, y quién sabe si padre algún día, simplemente lo sería; no tendría miedo de serlo. 

Conclusión: El miedo es un gran maestro, solo hay que saber cómo escucharlo.
Te dejo este video de Borja Vilaseca, por si te hace reflexionar un poco más. ¡A mí me encantó!



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